martes, 29 de septiembre de 2009

Lo que Kanji piensa mientras va atrasada a la U

Siempre llego tarde a clases.
Es un buen tramo el que tengo que caminar del metro a la sala de clases (algunas veces más, algunas veces menos, pero pueden ser 5 minutos caminando.. No es mucho, pero cuando estás llegando tarde se te hace interminable...)
Como sea. Siempre que camino sola mi mente empieza a divagar por las más extrañas e intrincadas redes de pensamientos.
A propósito, ese es un tema que desde siempre me ha provocado una desmedida curiosidad. Las líneas de pensamiento.
Sólo con dos personas me ha pasado. He llegado a conocerlas tanto, que con una primera premisa puedo saber que llegará a pensar, y luego qué llegará a pensar. Alguna vez llegué a adivinar que alguien estaba pensado en la playa. Me acusaron de bruja (no lo desmiento, por supuesto), pero le expliqué que sabía que pensaría en eso porque la vi mirando un árbol.
Su línea de pensamiento fue algo como "Árbol-Bosque-Ultimo bosque visitado-Bosque estaba cerca de la playa-Playa-Hombres en traje de baños" En realidad, no alcanzó a llegar a los hombres en traje de baño, en pechos desnudos y luego en hombres con camisa, pero estoy segura que ése habría sido su pensamiento final.
He de reconcer que su mente era fácil de leer porque se asemeja a la mía.
Lástima que ahora eso no me pase con nadie.
Hoy pensaba en las líneas de pensamiento. Y al recordarlas, pensé en que hace tiempo no pienso en qué está pensando la otra gente.
Me alegra, en parte, porque ya no tengo la disposición a ponerme ansiosa cuando no satisfacía mi curiosidad de saber lo que los otros pensaban, y dejé la desagradable (para otros) costumbre de preguntar ¿En qué piensas?
Por otro lado, desarrollé la sospecha de que ése era un factor importante en mi falta de empatía actual.
No creo que no tenga ni una pizca, pero claramente no soy ni la mitad de empática que antes. Antes verdaderamente sufría por la gente que sufría. Antes verdaderamente podía comprender y aceptar las mentiras de los demás. Claro, antes la gente no solía poder engañarme, porque prácticamente predecía cuando ellos me mentirían.
Ahora que toco el tema de la mentira, algo que no pensé hoy mientras me dirigía a clases de Lingüística (De otro modo, podría haber llegado trastornada a clases), puede ser que haya dejado mi empatía y curiosidad por los pensamientos ajenos por las mentiras? No -me respondo de una manera casi inmediata-, no, claro que no. Las mentiras siempre están ahí, estoy acostumbrada a ellas.
Soy una mentirosa por naturaleza (Aunque eso es algo que también ha desaparecido completamente, supongo que mi falta de empatía no me permite descubrir el mejor momento para mentir, o saber cuándo me creen o no, y eso me impide mentir tan a menudo como antes), pero las mentiras siempre han estado en mi vida. Sí, ése es el punto. Mientras más mentirosa eres, menos pueden mentirte a ti, porque sabes cuán a menudo está la mentira en la lengua de la gente. Cuando te sinceras, caes en la estúpida conclusión que las demás palabras son sinceras también, y pueden engañarte fácilmente (En esta ocasión, la empatía juega en tu contra). Hay que mencionar, por supuesto, que muchas veces la gente miente sin ser consciente. 
Los humanos (incluyéndome en la "especie", sin excluirme como suelo hacer cuando digo "humanos") están tan rodeados de mentiras.. Es tan natural en ellos, que no pueden evitar mentir. Los humanos amamos hablar de totalidad "Todo es así, nada es así". Amamos usar palabras como "siempre". Todo eso es mentira. Todo el mundo miente. Nada es real.
Cuando eres mentirosa, puedes identificar una mentira a primera vista. Entonces, cuando alguien dice "siempre estaré a tu lado", puedes saber de inmediato que esa persona cree eso, en este momento, pero que algún día eso se convertirá en una mentira (Si no vieron el link, cito: Faltar a lo prometido, quebrantar un pacto)
Cuando no mientes, puedes creer al pie de la letra palabras como "Nunca", "Jamás", "Siempre".
Ni los inmortales pueden hablar del infinito.
Entonces, uno puede mentir sin pensarlo. Uno puede ser mentiroso aunque no se de cuenta. (Por supuesto, no estoy incluyendo las falsedades. La gente que decía que la tierra era plana decía cosas falsas, pero no por eso eran mentiras, né? Si Don... (ni siquiera es don, apuesto que no tiene origen noble. En realidad no sé nada de historia...) Bueno, si Don Cristóban hubiera dicho que la tierra era plana, ya sabiendo que la tierra era redonda.. pues eso habría sido mentira, antes no...)
Hoy planeo mentir. Quizás resulte que no tenga que hacerlo, pero algún día mentiré sobre eso, mañana, probablemente. Es más fácil excusarse de la gente mintiendo, creo que es lo correcto, es bien visto y educado. (Los buenos modales son un conjunto de mentiras, pero en general pretendo tener buenos modales. La mayor parte del tiempo). Sinceramente, no sería capaz de decirle a alguien: "Mira, no me junté contigo porque no tenía ganas. Busqué cualquier escusa para faltar, cualquier motivo, y me sentí feliz al sentirme segura en mi casa lejos de ti". Es tan.. tan desconsiderado para con la otra persona. Aunque ni siquiera me importara aquella persona, no sería capaz de decirle tremenda verdad. Quizás por ella, para no hacerla sentir mal. O quizás por mí misma, para no tener cargo de conciencia. Mejor decir: "Tuve un imponderable, sabes? Estoy tremendamente apenada y arrepentida, espero no te hayas molestado y no me hayas esperado muchas horas...". Mis mentiras favoritas son las mentiras a medias. "Mi metro se demoró" Sí, se demoró, pero 5 minutos, no 50.
Ya olvidé qué era lo que planeaba decir cuando empecé a escribir. Las mentiras es un tema que me gusta... Siempre he pensado mucho en ellas... Como que requieren planeación anticipada, y casi todas las cosas que hago no son planeadas ni pensadas (En serio, ni siquiera pienso antes de hablar. Cuando más consciente soy de las cosas que digo es cuando las escribo, aunque a veces creo que son mis dedos los que hablan, y yo pienso en otras cosas). Entonces, las mentiras es como... Un tema donde siempre me he puesto seria. 
Creo que además son mi secreto de tener memoria para los detalles. Porque cuando mientes no puedes contradecirte a ti mismo. Tienes que estar constantemente consciente de lo que dijiste, pensando y repensando las palabras, creyéndote tu propia mentira. Tu cerebro está constantemente funcionando, más aún cuando se cruzan las mentiras, y tienes que crear intrincadas historias de cosas que no pasaron.
¿Pueden imaginar algo más interesante que las mentiras?








Esta entrada debió titularse "Mentira" o algo así. Pero si yo viera algo que lleva por título "Mentira", no creo que lo leería.