martes, 4 de agosto de 2009

Noix

Ayer vi a quien fue protagonista de los primeros mensajes de mi blog.
Tus ojos siguen siendo tal como los recordaba. Quizás más intrigantes ahora, que no sé en qué piensas, en qué estás pasando...
Ya no te deseo, ni quiero hacerlo. Ya no siento celos, ni te odio. Pero aún no he olvidado cada una de tus palabras.
Puedo decir que escapé de ti, aunque sabía que nada pasaría si estaba a tu lado. No te saludaría ni tú a mí. Me pregunté si te acordarías de mí, y me sorprendí al darme cuenta que me trae sin cuidado.
Es estimulante saberlo, a la vez, es tan... Decepcionante darme cuenta que sólo verte provoca que quiera escribir sobre ti...
Eres un ser interesante, siempre lo fuiste. Eres como un muso que inspira a mi mente a crear... Crear mundos reales pero ficticios, volver a meditar lo que sentí y volver a tomar decisiones...
A pesar de tantos años... Sigo sin poder parar de hablar de ti. Sin poder dejar de criticarte a tus espaldas. Sin dejar de fingir un desprecio que no siento por tu persona.
¿Sabías que en el fondo sigo siendo leal a ti? ¿Sabías que si me lo pidieras ahora, no sería capaz de negarme a ayudarte del modo que fuera?
Una parte de mí necesita eso, necesita poder serte útil.
Has sido la única persona a quien he deseado servirle como una herramienta, y también la única que no ha tenido interés en tenerme como tal.
Si supieras...

Vi también a los ojos que soñé por años. Mis ojos se cansaron de desnudarte con la mirada, aunque no te deseé como pensé que lo haría.
Dirigí hacia ti un montón de flashes como si comandara un ejército de cámaras.
No quería perder ningún movimiento que hicieras. "Por cada respiro de él quiero al menos tres diferentes ángulos de fotos", dije antes de entrar a la batalla. Y ganamos.
Pero perdimos la guerra, por ahora...
Ya volveremos a encontrarnos...

Vi también unos familiares ojos, que aún no me canso de mirar. Me gusta perderme en tu mirada, sabes?
Me da una extraña sensación, una sensación de victoria, como si fueses un pedazo de tierra que conquistar, como si yo fuera John Smith al llegar a la tierra de Pocahontas. Aunque aquella tierra no era de ellos, con sólo llegar se sintió victorioso, como dueño de todo el mundo.
Sentía dolor físico si me separaba de ti, y necesité protegerte, como si fueras algo pequeño y rompible. Para mí lo eres. Eres como... Algo de cristal.
Sé que no te romperías, realmente, pero disfruto protegiéndote, sentir que si yo no estuviera, tú podrías sufrir algún daño...
No sabes cuánto me daña que separes tu mano de la mía. Es como si me arrebataran un pedazo de mí.

Vi unos ojos nuevos, que espero volver a ver.

Vi muchos ojos antiguos y familiares, ¡Qué nostalgia! Cómo quisiera volver a esos tiempos, en que sólo estábamos nosotros, con preocupaciones mucho menos dolorosas que ahora. Antes sólo me preocupaba en que el mundo no se acabara y que los humanos estuvieran bien, recuerdo. Antes sólo me preocupaba de guerras entre el cielo y la tierra, la tierra y el infierno...
Ahora.. ahora nada de esas cosas me preocupa, me preocupan cosas mucho más dolorosas, que si alguien me rompe el corazón, que si alguien quiere intentar pegar los pedazos, que si alguien es un buen clavo...

Antes todo era menos doloroso...

Y en la noche, en sueños, vi la mirada de unos ojos a los que extraño.
Y tu mirada era fría, fría como la noche.
Tenías un dulce en una mano y el látigo en el otro.
Decías cosas dulces, tiernas, maravillosas... Pero tus ojos me ocultaban la realidad...
Disfruta mientras no estés a mi lado, drisfruta mientras no pueda ver tus ojos. Disfruta ahora que puedes mentirme y yo aún puedo creerte...
Porque cuando vea de nuevo tus ojos, sabré cada mentira.
En mi sueño, intenté pegarte, quise apartar el dolor de mi cuerpo golpeando mi mano en tu mejilla. Quise darte una cachetada. Pero tú eras de pronto demasiado alto, tus manos tomaban mis hombros y me alejaban de ti, pegaba manotazos y no alcanzaba tu rostro.
No me dejabas golpearte, no aceptabas tu castigo por romperme el corazón.
En mi sueño, mis uñas crecieron como garras, estaba enojada porque no podía cachetearte...
En mi sueño, te golpeé y tu sangre saltó a mi rostro.
De pronto sentí que no lo merecías, de pronto te amé de nuevo y sólo podía pensar en remediar tus heridas. De pronto de nuevo eras un niño pequeño a quien yo debía proteger.
En mi sueño, no dejaste que yo lo hiciera.
"Mañana volveré", dijiste antes de irte, con una mano tapando la herida que te dejé, limpiando tu sangre...
En mi sueño, no volví a verte.
En mi sueño, escapé arrepentida antes de poder verte de nuevo.

Ya te conté que lloré mientras dormía.
Te dije que mi almohada estaba húmeda, y mis ojos terríblemente hinchados.
No los había visto...
Hoy desperté y fue mi mamá quien lo dijo.
"Por qué lloraste?"
"No, no estaba llorando"
"Ve y mira tu rostro..."
Y ahí estaban... Maldito espejo que rompe mi precaria burbuja. Bastó con ver mi rostro para recordar lo que soñé anoche.

Mañana subiré alguna otra cosa, esperando que esta entrada pase sin pena ni gloria y que nadie lo lea...
Es reconfortante recordar que tengo un blog.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por cada comentario, Dios mata un flaite